Aquestes van ser les nostres paraules:
Llum era una vieja amiga y compañera para quienes integramos Tanquem els CIE.
Nuestro colectivo es pequeño, y su fuerza se debe a la multitud de alianzas con las que contamos. Por ejemplo, Llum: nunca llegó a formar parte de la asamblea, pero en cuanto convocábamos una acción estaba allí, apoyando discretamente, demostrando su rechazo al racismo institucional y a las violencias que genera. De hecho, la última vez que muchas vimos y pudimos hablar con Llum fue en la concentración unitaria del movimiento antirracista de Barcelona por la masacre en Melilla, el pasado 24 de junio.
Y es esa constancia en el sostener el trabajo de colectivos en los que crees y a quienes defiendes lo que ha hecho que Llum fuera tan querida por la familia activista de Barcelona. Ese cariño con el que venía a saludar al inicio de acciones, preguntarnos cómo estábamos y demostrar que no estamos solas, que nuestras voces son múltiples y tienen la fuerza de las vecinas organizadas.
No tiene sentido convocar a acciones si sólo vamos las convocantes. No tiene sentido hablar de interseccionalidad si no nos apoyamos las unas a las otras. Y aquí, en el Raval, sabemos mucho de esto. Desahucios, violencia policial, racismo y estigmatización, persecución a trabajadoras sexuales y vendedores ambulantes, especulación y gentrificación intentan acabar con el barrio y con sus vecinas. Nosotras nos plantamos, nos abrazamos, nos coordinamos y, cada una desde sus posibilidades y sus conocimientos, plantamos cara a quienes quieren acabar con nosotras.
Que cada una de nosotras lleve un poco de Llum Ventura en su mirada la próxima vez que nos plantemos, codo a codo, frente al poder.
Nuestro colectivo es pequeño, y su fuerza se debe a la multitud de alianzas con las que contamos. Por ejemplo, Llum: nunca llegó a formar parte de la asamblea, pero en cuanto convocábamos una acción estaba allí, apoyando discretamente, demostrando su rechazo al racismo institucional y a las violencias que genera. De hecho, la última vez que muchas vimos y pudimos hablar con Llum fue en la concentración unitaria del movimiento antirracista de Barcelona por la masacre en Melilla, el pasado 24 de junio.
Y es esa constancia en el sostener el trabajo de colectivos en los que crees y a quienes defiendes lo que ha hecho que Llum fuera tan querida por la familia activista de Barcelona. Ese cariño con el que venía a saludar al inicio de acciones, preguntarnos cómo estábamos y demostrar que no estamos solas, que nuestras voces son múltiples y tienen la fuerza de las vecinas organizadas.
No tiene sentido convocar a acciones si sólo vamos las convocantes. No tiene sentido hablar de interseccionalidad si no nos apoyamos las unas a las otras. Y aquí, en el Raval, sabemos mucho de esto. Desahucios, violencia policial, racismo y estigmatización, persecución a trabajadoras sexuales y vendedores ambulantes, especulación y gentrificación intentan acabar con el barrio y con sus vecinas. Nosotras nos plantamos, nos abrazamos, nos coordinamos y, cada una desde sus posibilidades y sus conocimientos, plantamos cara a quienes quieren acabar con nosotras.
Que cada una de nosotras lleve un poco de Llum Ventura en su mirada la próxima vez que nos plantemos, codo a codo, frente al poder.
