FRANÇAIS: Communiqué des collectifs contre le racisme et migrants de Barcelone en réaction à la cérémonie du changement de nom de la place Antonio López
Durante la semana del 21 al 27 de marzo, que corresponde a la semana de la lucha contra la discriminación racial, hemos sido testigos de las campañas mediáticas que el Ayuntamiento de Barcelona realiza con la intención de demostrar su compromiso con la lucha antirracista. Alegan que han reforzado la lucha contra el racismo, pero sus acciones demuestran un doble discurso que no hace más que consolidar el orgullo por el pasado colonial, que en el presente impide la reparación histórica y la revisión de privilegios de parte de la ciudadanía blanca.
El pasado 25 de marzo, el Ayuntamiento de Barcelona materializó el esperado cambio de nombre de la plaza ubicada junto a Correos, en la Via Laietana, hasta ayer conocida con el nombre del esclavista y traficante de personas esclavizadas, Antonio López, por el de Idrissa Diallo, un joven de Guinea Conakry, de 21 años, muerto en el CIE de Barcelona la noche de Reyes de 2012.
Este renombramiento ha sido demandado hace años por las colectivas antirracistas, migrantes y personas racializadas de la ciudad. Cabe recordar que hemos sido estas organizaciones las que impulsamos el cambio de nombre de la plaza en el año 2018, recogiendo a pie de calle 18.500 firmas (validadas 17.840), de vecinas y vecinos de la ciudad. Y que anteriormente, en el año 2017, intervinimos el espacio público, renombrando la plaza autónomamente con el nombre de Idrissa Diallo, cubriendo las placas conmemorativas del monumento con nuestras propias reivindicaciones.
A pesar de nuestros esfuerzos, hemos visto que en estos años de lucha, las instituciones no han respondido con el compromiso y la coherencia política que implica transformar el pasado colonial y racista de la ciudad, que todavía enaltece la figura de personajes tan deplorables como el ya señalado, aunque se suman a la lista otros monumentos similares, como los de Cristóbal Colón, General Prim o Joan Güell i Ferrer.
El acto de quitar el monumento de un esclavista no es un hecho inofensivo. Su significado debe reflejar la vergüenza de glorificar el rentable negocio del tráfico de personas, que se ha normalizado por considerarse parte del pasado. Lo cierto es que la Ley de Extranjería no dista mucho del código negrero redactado por el "comerciante navegante" como versa el pedestal de su actual monumento.
Motivados por un profundo compromiso antirracista y una lucha sostenida por los derechos de las personas racializadas y migradas en Barcelona, nuestras organizaciones llevan años en la denuncia de los discursos coloniales y vejatorios que significa tener en el espacio público símbolos que rinden honores a esclavistas y colonizadores.
Ha sido con nuestro trabajo constante, en las calles, a través de comunicados, recogidas de firmas, campañas mediáticas, correspondencia, entre otros, que hemos solicitado en reiteradas ocasiones al Ayuntamiento la resignificación del espacio como una medida de revisión y reparación de la memoria histórica colonial de la ciudad de Barcelona.
La estatua se retiró en el año 2018, en un despolitizado y festivo acto del que una vez más, no nos sentimos partícipes. Hasta hoy, la peana (base del monumento) que enaltece las actividades de despojo de recursos y humanidad en las colonias continúa instalada en el centro de la plaza, y mantiene no sólo el nombre del esclavista, sino las "virtudes" que lo hacen merecedor de ese lugar de privilegio.
A nuestro requerimiento de eliminar la peana que sigue glorificando al esclavista, el Ayuntamiento nos ha respondido que eso va en contra de la política de la Regiduría de Memoria Democrática que prefiere no eliminar sino “contextualizar”. Tal acción se pretende hacer simplemente con un atril colocado en un extremo de la plaza, en el cual se explica el motivo del cambio de nombre, sin mencionar la lucha colectiva por lograr este acto de justicia y memoria histórica.
Nos parece inadmisible la convivencia de una peana que enaltece a un personaje clave en la historia colonial de la ciudad, con unas placas que dedican el renombramiento de la plaza a Idrissa Diallo, víctima del racismo institucional, muerto un 6 de enero de 2012 en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Barcelona por negligencia médica.
Desde esta asamblea hemos sostenido meses de diálogo con el Ayuntamiento intentando realizar un renombramiento de la plaza como una acción reivindicativa de reparación histórica. Nuestra propuesta fue intervenir la peana de forma permanente para eliminar los mensajes alusivos al esclavista y generar una resignificación antirracista y anticolonial del espacio mediante, por ejemplo, un proceso de construcción de un nuevo relato político e histórico para la plaza, que estaría a cargo de de la comunidad migrante y racializada, y también con la implicación de la comunidad autóctona.
Como asamblea propusimos dirigir una campaña mediática potente, con voz propia, sobre la revisión de la memoria histórica y sus implicaciones en el presente. Ante ello, el Ayuntamiento no dio cabida a nuestra propuesta e incluso nos indicó que no podían garantizar que la Guardia Urbana respetara la intervención que como asamblea hiciéramos en la peana con el propósito de eliminar los mensajes alusivos al esclavista. De nuevo la Guardia urbana, la misma que persigue, acosa, golpea y detiene a los manteros, que participa en las redadas por perfil étnico, que ha hecho de las calles su dominio al margen de las buenas palabras y declaraciones del Ayuntamiento.
Como colectivas antirracistas, migrantes y racializadas de Barcelona hemos estado ausentes en lo que consideramos la fiesta antirracista de la ciudadanía blanca. Hoy no estamos presentes por nuestra propia decisión, porque aunque nos invitaron a participar en este acto, como asamblea consideramos inaceptables los términos en los que se ha materializado el renombramiento de la plaza.
No nos parece coherente hacernos parte de un acto de tales características, en que la implicación del Ayuntamiento es imprecisa, aséptica y mínimamente comprometida con la propia causa que dice defender. Preferimos organizarnos para celebrar el antirracismo y el valor de este cambio de nombre como se merece, en el momento y de la forma que nos parezca adecuado.
No hemos querido ser funcionales a políticas de lavado de cara del racismo porque resulta imposible pensar en un mismo espacio público, la convivencia de los restos de un monumento esclavista con el homenaje a una víctima del sistema de control y expulsión migratorio.
Los movimientos antirracistas, migrantes y personas racializadas de Barcelona seguimos construyendo memoria anticolonial lejos de las Instituciones del Estado español. Y señalamos que el Ayuntamiento de Barcelona, aún con una llamativa, pero a todas luces vacía campaña mediática, ha dado nuevamente la espalda al antirracismo. Constituyendo en un mero cambio de nomenclatura lo que pudo ser un acto político de reparación histórica sobre el pasado colonial de Catalunya, y de denuncia sobre la responsabilidad de los actuales dispositivos racistas del Estado, como son los CIE, en la muerte de hermanos y hermanas migrantes.
ASAMBLEA PLAÇA IDRISSA DIALLO
formada por las colectivas:
AfroFemKoop /
Arte sin fronteras /
Bloque Anticolonial Barcelona /
Casa África /
CNAACAT /
Colectiva Katari /
Emergencia Frontera Sur /
Espai La Tregua /
Grupo de pensamiento, prácticas y activismos afro/negros /
Migra Incendiaria /
Periferia Cimarronas /
Putas Indignadas /
Red Feminista Chilenas en Barcelona /
Sindicato de Vendedores Ambulantes /
SOS Racisme /
t.i.c.t.a.c. /
Tanquem els CIE /
Tinta Negra /
Tras la manta
Adhesiones:
Caravana Obrim Fronteres / Coordinadora Obrim Fronteres / Stop Mare Mortum