COMUNICADO DE LA CAMPAÑA ESTATAL POR EL CIERRE DE LOS CIE Y EL FIN DE LAS DEPORTACIONES
15 de junio de 2025. Dia contra los CIE
A día de hoy, en pleno 2025, los Centros de Internamiento de Extranjeros en España siguen abiertos. Hoy, día estatal contra los CIE, debemos recordar que los CIE son lugares donde se encierra a personas por cuestiones de control de flujos migratorios, que son un lugar de privación de libertad para personas migrantes por no tener papeles. Lugares donde los derechos humanos se suspenden de facto, en nombre de una supuesta “seguridad” que solo genera más sufrimiento y más exclusión. Lugares en los que ha habido muertes de personas internas a las que se da carpetazo sin una investigación judicial efectiva y sin siquiera avisar a su familia.
Y esto no ocurre solo aquí. Esta lógica represiva atraviesa todo el continente europeo.
En el Reino Unido, se ha convertido un barco en centro de detención para solicitantes de asilo, manteniéndolos aislados, fuera de la vista pública. Además, el gobierno británico ha impulsado la deportación de personas migrantes a Ruanda, externalizando su responsabilidad y violando los principios más básicos del derecho internacional de asilo.
Italia ha llegado a firmar un acuerdo con Albania para instalar centros de detención fuera del territorio europeo, siguiendo la misma estrategia: esconder a las personas, expulsarlas de la legalidad, y eludir las obligaciones humanitarias.
Estos experimentos, que podrían verse favorecidos por la aplicación del Pacto Europeo sobre Migración y Asilo, chocan por ahora con la ley. A pesar de los contratiempos iniciales y de su coste desorbitado, suscitan un entusiasmo escandaloso entre los dirigentes europeos, que ya no ocultan su deseo de expulsar de sus territorios a las personas en busca de protección internacional promoviendo, entre otras medidas, la reforma del concepto de «tercer país seguro» de la Unión Europea, lo que supondría «Un primer paso para institucionalizar el Guantánamo europeo».
La Unión Europea está distorsionando cínicamente el concepto de "seguridad" para lograr sus propios fines represivos. Con una serie de propuestas futuras, está allanando el camino para que los migrantes sean expulsados y deportados prácticamente en cualquier lugar, poniendo a las personas en peligro y enriqueciendo a las empresas de seguridad que invierten en el negocio de la deportación.
Y esta práctica es extensible a otros lugares del mundo.
En Estados Unidos, la situación en la frontera sur sigue marcada por el endurecimiento: muros, detenciones masivas, separaciones familiares. Pero lo más alarmante es que el gobierno estadounidense ha retomado el uso de la base naval de Guantánamo como lugar de retención para personas migrantes interceptadas en el mar. Un espacio ya tristemente conocido por su historial de violaciones de derechos humanos, ahora reutilizado para criminalizar, una vez más, la migración.
En Australia, las personas migrantes y solicitantes de asilo han sido detenidas durante años en centros dentro del país y en centros en otros países, como en Nauru y Papúa Nueva Guinea, bajo condiciones extremas que han sido denunciadas por las principales organizaciones internacionales.
En Asia, países como Tailandia y Malasia mantienen centros de detención para migrantes sin papeles donde se hacinan familias, menores y personas refugiadas, en condiciones que rayan lo inhumano, sin acceso real a asistencia legal ni médica, con detenciones arbitrarias e indefinidas.
Nada de esto es casual. Todo esto responde a una misma visión: una idea represiva, deshumanizante y criminalizadora, que ve en las personas migrantes un problema a controlar, no una realidad humana que debe ser acogida con dignidad y justicia. Son expresiones del mismo enfoque colonialista y racista, que convierte a las personas migrantes en enemigos, en una amenaza para nuestro bienestar, con una lógica deshumanizadora y fulminante que responde al derecho a la movilidad encerrando y expulsando, que descarta, sin pudor alguno, a parte de la población mundial y elude cualquier tipo de asunción de responsabilidad en las circunstancias que provocan estas movilizaciones.
Cuando decimos "¡Cierre de los CIE ya!", no estamos hablando solo de muros, celdas o edificios. No se trata solo de clausurar una instalación. Lo que estamos exigiendo es que se desmonte esta lógica, lo que estamos pidiendo es el fin de una forma de entender y gestionar las migraciones: una forma basada en el miedo, la represión y el rechazo.
Cuando decimos "¡Cierre de los CIE ya!", también exigimos que acaben los controles policiales motivados por criterios raciales o étnicos. Una práctica que afecta a la salud física y emocional, limita libertades y los derechos humanos de muchas personas que la sufren a diario, que también impacta en toda la sociedad que observamos cómo una parte importante de nuestras vecinas y vecinos son a diario criminalizados y estigmatizados.
Cerrar los CIE es rechazar esas políticas represivas. Es decir, con fuerza, que migrar no es un delito. Es afirmar que las migraciones no son un problema que se reprime, sino una realidad humana que se acompaña con dignidad. Que ninguna persona es ilegal. Que la movilidad forma parte de la vida. Y que los derechos no se detienen en las fronteras. Es apostar por un modelo de convivencia que respete la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas, nazcan donde nazcan. Es cumplir la regularización de las personas migrantes en situación irregular, sin condiciones añadidas ni manipulaciones, tal como expresa la ILP Regularización Ya, avalada con 700.000 firmas de ciudadanos y ciudadanas.
Cerrar los CIE es, en definitiva, abrir la puerta a una política migratoria basada en el respeto, la justicia y la humanidad. Cerrar los CIE es una exigencia ética de todo ciudadano y ciudadana del mundo en defensa de la dignidad y de la igualdad de oportunidades. Por ello seguiremos gritando y clamando por el cierre de los CIE y el fin de las deportaciones.
¡¡¡ CIE No !!! ¡¡¡ CIErre ya !!!