[Castellano, més avall en català]
Comunicado de la Campaña Estatal por el cierre de los CIE y el fin de las deportaciones
Vaciados los CIE, exigimos su cierre definitivo
- A un año del fallecimiento de Marouane Abouobaida en el CIE de Valencia exigimos justicia, responsabilidades y reparación.
- Denunciamos que en la historia de estos Centros se han producido más de 11 muertes, en la totalidad de los casos sin el debido proceso de investigación, justicia y reparación a las familias de las víctimas.
- Confirmamos que el racismo institucional no ha hecho cuarentena; continúa la apertura de órdenes de expulsión y devolución y los CATE Y CETI siguen encerrando sin garantizar condiciones de habitabilidad ni de respeto a los derechos humanos.
- Demandamos que los CIE hoy vaciados no pueden volver a abrir
El 15 de julio de 2019 se suicidó en el CIE de Zapadores, Valencia, Marouane Abouobaida, la última víctima de una larga lista de al menos 11 personas que perdieron la vida bajo la custodia del Estado en un Centro de Internamiento de Extranjeros. En el primer aniversario de su fallecimiento, exigimos el debido proceso de investigación, justicia y reparación negado en la totalidad de las causas anteriores; y el cierre inmediato y permanente de estos espacios, que permanecen vacíos desde el pasado 6 de mayo.
Los CIE no solo han sido un lugar de muerte. Han supuesto, en sus 35 años de existencia, la vulneración de derechos fundamentales para miles de personas encerradas por la mera causa administrativa de estar en situación irregular, condenadas a un internamiento en condiciones injustas e indignas, y muchas veces ilegal, como en el caso de menores de edad, solicitantes de protección internacional o personas con enfermedades graves.
También han significado un sufrimiento desproporcionado ante la amenaza –demasiadas veces cumplida– de romper proyectos de vida, toda vez que el encierro implica una ruptura de los procesos vitales y socioeconómicos de cada persona. Un extremo agravado en los casos en que se ha ejecutado su expulsión.
Con la declaración del estado de alarma, el cierre de fronteras impedía continuar con las expulsiones y, por consiguiente, el internamiento en los CIE había perdido su fundamento legal. Fue desde nuestros colectivos que exigimos la liberación inmediata de las más de 600 personas en esos momentos encerradas, y fue por acción y presión de esta Campaña y diferentes sectores sociales, académicos, profesionales e institucionales, que el Ministerio de Interior se vio obligado a vaciarlos. Desde el pasado 6 de mayo, por primera vez desde su creación, todos los Centros de Internamiento del Estado español están vacíos.
La pandemia nos ha brindado la oportunidad de comprobar que sin los CIE no se derrumba el modelo migratorio. Cuantitativamente no son tan importantes y, por contra, son un símbolo que pone de manifiesto la dureza desproporcionada de nuestra legislación de extranjería.
Por el contrario, muchas de las personas condenadas a vivir en forma irregular durante al menos 3 años por las propias disposiciones de la Ley han sido fundamentales en el desarrollo de actividades esenciales para el funcionamiento de nuestra sociedad. La recogida de la fruta y las labores en el campo, el sector de los cuidados y del trabajo de hogar son solo una muestra de su aporte vital. Pero más importante aún, son nuestras vecinas y vecinos, con quienes compartimos nuestras vidas y espacios.
Somos conscientes que los CIE solo son una parte de la política migratoria racista del Estado español. El vaciamiento de estos Centros no ha frenado el racismo institucional. Los Centros de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI) de Ceuta y Melilla continúan masificados y en condiciones infrahumanas; y los Centros de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) mantienen condiciones indignas y se sigue encerrando en ellos a las personas recién llegadas a nuestras costas. Mientras tanto, se siguen incoando procedimientos de expulsión y devolución; se cita a personas migrantes en las comisarías para agosto; las redadas racistas y la maquinaria de deportación continúan.
Ante todo ello, nos sumamos a la campaña #RegularizacionYa que supondría comenzar a desmantelar esta situación profundamente injusta e insostenible y exigimos:
- El cierre definitivo de los Centros de Internamiento de Extranjeros.
- El vaciamiento de los CETI y la posibilidad de acceso a la península de todas las personas allí alojadas que así lo soliciten.
- Una acogida digna y sin encierro ni detenciones de las personas llegadas a la frontera sur, garantizando los derechos fundamentales y poniendo fin a medidas y dispositivos hostiles y que no garantizan ni condiciones de habitabilidad ni el respeto a los derechos humanos.
- El cese inmediato de las devoluciones y deportaciones.
- La regularización permanente y sin condiciones de todas las personas migrantes y refugiadas.
- La apertura de vías legales y seguras de ingreso al Estado español.
- El reconocimiento efectivo de derechos fundamentales como sanidad y educación para todas las personas migrantes –con independencia de su situación administrativa –que vivan en el Estado español.
- La derogación de la Ley de Extranjería o, subsidiariamente, la modificación de artículos claramente restrictivos de derechos. Por ejemplo:
- Eliminación del período de tres años de irregularidad como condición para acceder a los procesos de regularización más comunes, como el arraigo social.
- Desvinculación del reconocimiento de derechos –entre ellos el de residencia y trabajo y sus renovaciones –de las circunstancias y condiciones laborales.
- Reconocimiento de permisos indefinidos, de estancia y trabajo, a quienes provienen de la tutela de las administraciones al llegar a la mayoría de edad.
- Reconocimiento político del derecho al voto para las personas migrantes que llevan al menos un año viviendo en el Estado español. o Asignación de permisos de residencia y trabajo cíclicos, es decir que si en una situación de crisis, una persona decide retornar a su país o emigrar a nuevos destinos, no pierda los derechos adquiridos en el Estado español.
- Eliminación de la diferencia de plazos para acceder a la nacionalidad española entre nacionales de uno y otro país.
¡No más muertes, no más CIE!
[Català, más arriba en castellano]
Els CIE són buits. N’exigim el seu tancament definitiu
- A un any de la mort de Marouane Abouobaida en el CIE de València exigim justícia, responsabilitats i reparació.
- Denunciem que en la història d'aquests centres s'han produït més d’onze morts, en la totalitat dels casos sense un procés d'investigació, justícia i reparació per a les famílies de les víctimes.
- Confirmem que el racisme institucional no ha fet quarantena; continua l'emissió d'ordres d'expulsió i devolució i els CATE I CETI segueixen tancant sense garantir condicions d'habitabilitat ni de respecte als drets humans.
- Reclamem que els CIE avui buidats no es poden tornar a obrir.
El 15 de juliol de 2019 es va suïcidar en el CIE de Sapadors, València, Marouane Abouobaida, l'última víctima d'una llarga llista d’almenys 11 persones que van perdre la vida sota la custòdia de l'Estat en un Centre d'Internament d'Estrangers. En el primer aniversari de la seva mort, exigim el necessari procés d'investigació, justícia i reparació negat en la totalitat de les causes anteriors; i el tancament immediat i permanent d'aquests espais, que romanen buits des del passat 6 de maig.
Els CIE no només han estat un lloc de mort. Han suposat, en els seus 35 anys d'existència, la vulneració de drets fonamentals per a milers de persones tancades per la mera causa administrativa de trobar-se en situació irregular, condemnades a un internament en condicions injustes i indignes, i moltes vegades il•legal, com en el cas de menors d'edat, sol•licitants de protecció internacional o persones amb malalties greus.
També han significat un sofriment desproporcionat davant l'amenaça -massa vegades complida- de trencar projectes de vida, ja que el tancament implica una ruptura dels processos vitals i socioeconòmics de cada persona, extrem agreujat en els casos en què s'ha executat l'expulsió.
Amb la declaració de l'estat d'alarma, el tancament de fronteres impedia continuar amb les expulsions i, per tant, l'internament en els CIE havia perdut el seu fonament legal. Va ser des dels nostres col•lectius que vàrem exigir l'alliberament immediat de les més de 600 persones en aquells moments tancades, i va ser per acció i pressió d'aquesta Campanya i de diferents sectors socials, acadèmics, professionals i institucionals, que el Ministeri d'Interior es va veure obligat a buidar-los. Des del passat 6 de maig, per primera vegada des de la seva creació, tots els Centres d'Internament de l'Estat espanyol són buits.
La pandèmia ens ha brindat l'oportunitat de comprovar que sense els CIE no s'esfondra el model migratori. Quantitativament no són tan importants i, per contra, són un símbol que posa de manifest la duresa desproporcionada de la nostra legislació d'estrangeria.
Per contra, moltes de les persones condemnades a viure en forma irregular durant al menys 3 anys per les pròpies disposicions de la Llei, han estat fonamentals en el desenvolupament d'activitats essencials per al funcionament de la nostra societat. La recollida de la fruita i les tasques al camp, el sector de les cures i de la feina de la llar són només una mostra de la seva aportació vital. Però més important encara, són les nostres veïnes i veïns, amb qui compartim les nostres vides i espais.
Som conscients que els CIE només són una part de la política migratòria racista de l'Estat espanyol. El buidatge d'aquests centres no ha frenat el racisme institucional. Els Centres d'Estada Temporal per a Immigrants (CETI) de Ceuta i Melilla continuen massificats i en condicions infrahumanes; i els Centres d'Atenció Temporal d'Estrangers (CATE) mantenen condicions indignes i s’hi segueix tancant les persones nouvingudes a les nostres costes. Mentrestant, se segueixen incoant procediments d'expulsió i devolució; se cita persones migrants a les comissaries per a l'agost; les batudes racistes i la maquinària de deportació continuen.
Davant de tot això, ens sumem a la campanya #RegularizacionYa que suposaria començar a desmantellar aquesta situació profundament injusta i insostenible i exigim:
- El tancament definitiu dels Centres d'Internament d'Estrangers.
- El buidatge dels CETI i la possibilitat d'accés a la península de totes les persones allà allotjades que així ho sol•licitin.
- Una acollida digna i sense tancament ni detencions de les persones arribades a la frontera sud, garantint els drets fonamentals i posant fi a mesures i dispositius hostils i que no garanteixen ni condicions d'habitabilitat ni el respecte als drets humans.
- El cessament immediat de les devolucions i deportacions.
- La regularització permanent i sense condicions de totes les persones migrants i refugiades.
- L'obertura de vies legals i segures d'ingrés a l'Estat espanyol.
- El reconeixement efectiu de drets fonamentals com sanitat i educació per a totes les persones migrants -amb independència de la seva situació administrativa -que visquin a l'Estat espanyol.
- La derogació de la Llei d'estrangeria i, subsidiàriament, modificació d'articles clarament restrictius de drets. Per exemple:
- Eliminació del període de tres anys d'irregularitat com a condició per accedir als processos de regularització més comuns, com l'arrelament social.
- Desvinculació del reconeixement de drets -entre ells el de residència i treball i les seves renovacions- de les circumstàncies i condicions laborals.
- Reconeixement de permisos indefinits, d'estada i treball, a joves que provenen de la tutela de les administracions en arribar a la majoria d'edat.
- Reconeixement polític del dret a vot per a les persones migrants que porten almenys un any vivint a l'Estat espanyol.
- Assignació de permisos de residència i treball cíclics, és a dir que si en una situació de crisi, una persona decideix retornar al seu país o emigrar a noves destinacions, no perdi els drets adquirits a l'Estat espanyol.
- Eliminació de la diferència de terminis per accedir a la nacionalitat espanyola entre nacionals d'un i altre país.
Prou morts, prou CIE!