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Comunicado de la Campaña Estatal por el cierre de los CIE y el fin de las deportaciones.
La semana pasada todos los CIE del Estado español quedaron vacíos fruto de las protestas de los internos por la ausencia de medidas de seguridad ante el coronavirus y de la presión social ante la imposibilidad de ejecutar deportaciones en el actual contexto de pandemia. Es la primera vez desde su creación que no hay personas privadas de libertad en ningún CIE, es el momento de que este cierre sea irreversible. Por ello, desde la Campaña Estatal por el Cierre de los CIE exigimos al Gobierno que ponga fin a su existencia.
Cabe destacar que la gestión del proceso de puesta en libertad de las personas internas en los CIE ha sido demasiado lenta, a pesar de las recomendaciones de la oficina del Defensor del Pueblo o de las Organizaciones Internacionales de Derechos Humanos, que pedían la puesta en libertad de las personas migrantes privadas de libertad en centros de reclusión enfocados a la deportación, pues, al ser imposible llevar a cabo las expulsiones por el cierre de fronteras, el internamiento carecía de habilitación legal.
Además, a pesar de que a las pocas semanas de esta pandemia comenzaron a vaciarse el CIE de Barcelona y el de Madrid, tras la protesta que llevaron a cabo los internos que allí se encontraban, la puesta en libertad de las personas internas se ha realizado sin garantizar los desplazamientos al lugar de residencia o la derivación a los recursos de acogida efectivos en buena parte de los casos. La situación más grave fue mantener abierto el CIE de Algeciras sin sentido para retener a 4 personas, que finalmente fueron puestas en libertad el pasado 6 de mayo Además, una de ellas denunció haber sufrido agresiones físicas por parte de un policía el pasado 27 de abril, que se materializaron en varias patadas y un tortazo que le provocó una hemorragia en el oído que no cesó en toda la noche, razón por la cual tuvo que ir trasladado al hospital a la mañana siguiente.
Los CIE no deberían haber existido nunca y estamos ante una coyuntura social y política que perfectamente posibilitaría que el actual cierre temporal y contextual se convirtiera en un cierre definitivo. Los CIE son espacios de vulneración de derechos, de impunidad policial y de sufrimiento y están enmarcados en una lógica racista y colonial apartada de la dignidad de las personas que, de ninguna manera, queremos que existan en nuestra sociedad.
Al plantearnos la supuesta vuelta a la normalidad, nos tememos que el dispositivo deportador se active de nuevo sin una gestión apropiada ni en tiempo, ni en forma, y, consecuentemente, sin las garantías propias de un Estado de Derecho. En este sentido, el Juzgado de Instrucción nº9 de Murcia, con funciones de control del CIE de Sangonera la Verde, ha emitido un Auto ante una consulta realizada por el Ministerio Fiscal sobre las condiciones que debe ofrecer este Centro si se decidiera su puesta en funcionamiento, observando la ausencia de cualquier protocolo y medios
adecuados que permitan hacer frente a la crisis sanitaria actual si se produjeran casos en su interior. Este mismo Auto refiere la posibilidad de utilizar los protocolos establecidos al efecto en los centros penitenciarios para garantizar su posible reapertura, reconociendo lo que venimos denunciando en la Campaña Estatal por el cierre de los CIE y el fin de las deportaciones desde su creación: los CIE son cárceles racistas encubiertas bajo el amparo legal del control de la inmigración irregular.
Además, nos preocupa profundamente que la eventual recuperación de la normalidad conlleve la detención de las personas ahora liberadas, cuya orden de expulsión todavía está vigente.
Del mismo modo, aunque los CIE están vacíos, condenamos firmemente la gestión del Gobierno en nuestra Frontera Sur y expresamos nuestra máxima indignación ante la horrible situación que se está viviendo en los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta y Melilla, que es absolutamente insostenible. A pesar del hacinamiento en el que se encuentran ambos CETI en pleno contexto de pandemia, el Gobierno ha decidido mantener la realidad de riesgo y de tensión que sufren, en lugar de trasladar a las personas que allí se encuentran a lugares de acogida dignos en la península. Igualmente, ha amenazado con deportar a más de 600 personas de nacionalidad tunecina que se encuentran en Melilla, forzando la situación aún más si cabe.
Por todo ello, manifestamos que el Estado español ejecuta un planteamiento racista e insolidario en sus políticas migratorias, excusando la crueldad de sus medidas en una presunta imposición de las instituciones europeas. El actual marco legal de la Unión Europea, lejos de lo que se ha venido planteando ante la opinión pública, permite que no existan los CIE, ya que la denominada Directiva de la Vergüenza, que regula el marco de deportaciones a nivel europeo, no obliga a los Estados a prever un tiempo de internamiento en centros de detención.
Es evidente que el racismo institucional, materializado en una Ley de Extranjería xenófoba que debería ser derogada, opera a multitud de niveles en nuestro territorio. Es necesario cambiar el paradigma en las políticas migratorias actuales, comenzando por llevar a cabo de forma urgente un proceso de regularización de las personas migrantes que no cuentan con autorización de residencia en España, al mismo tiempo que se dota a la sociedad de herramientas que permitan poner a las personas en el centro, abandonando de inmediato las medidas destructivas, en este caso, convirtiendo en permanente el cierre de los CIE.
Por todo ello, EXIGIMOS al Gobierno que:
- Acuerde no reabrir los CIE y tome las medidas legislativas necesarias para que el cierre sea definitivo y permanente.
- Lleve a cabo un proceso de regularización de las personas migrantes que actualmente residen en el Estado español.
- Traslade de forma inmediata a la península a las personas que se encuentran en los CETI de Ceuta y Melilla, ofreciéndoles recursos de acogida dignos.
#LosCIEsNoSeAbren
[Más arriba en castellano]
Comunicat de la Campanya Estatal pel tancament dels CIE i la fi de les deportacions
La setmana passada tots els CIE de l'Estat espanyol van quedar buits fruit de les protestes dels interns per l'absència de mesures de seguretat davant el coronavirus i de la pressió social davant la impossibilitat d'executar deportacions en l'actual context de pandèmia. És la primera vegada des de la seva creació que no hi ha persones privades de llibertat en cap CIE, és el moment que aquest tancament sigui irreversible. Per això, des de la Campanya Estatal pel Tancament dels CIE exigim al Govern que posi fi a la seva existència.
Cal destacar que la gestió del procés de posada en llibertat de les persones internes en els CIE ha estat massa lenta, malgrat les recomanacions de l'oficina del Defensor del Poble o de les Organitzacions Internacionals de Drets Humans, que demanaven la posada en llibertat de les persones migrants privades de llibertat en centres de reclusió enfocats a la deportació, ja que, en ser impossible dur a terme les expulsions pel tancament de fronteres, l'internament mancava d'habilitació legal.
A més, encara que a les poques setmanes d'aquesta pandèmia van començar a buidar-se el CIE de Barcelona i el de Madrid, després de la protesta que van dur a terme els interns que allí es trobaven, la posada en llibertat de les persones internes s'ha realitzat sense garantir els desplaçaments al lloc de residència o la derivació als recursos d'acolliment efectius en bona part dels casos. La situació més greu va ser mantenir obert el CIE d'Algesires sense sentit per retenir 4 persones, que finalment van ser posades en llibertat el passat 6 de maig. A més, una d'elles va denunciar haver sofert agressions físiques per part d'un policia el passat 27 d'abril, que es van materialitzar en diverses puntades de peu i una bufetada que li va provocar una hemorràgia en l'oïda que no va cessar en tota la nit, raó per la qual va haver de ser traslladat a l'hospital al matí següent.
Els CIE no haurien d'haver existit mai i som davant d'una conjuntura social i política que perfectament possibilitaria que l'actual tancament temporal i contextual es convertís en un tancament definitiu. Els CIE són espais de vulneració de drets, d'impunitat policial i de sofriment i estan emmarcats en una lògica racista i colonial apartada de la dignitat de les persones que, de cap manera, volem que existeixin en la nostra societat.
En plantejar-nos la suposada volta a la normalitat, ens temem que el dispositiu deportador s'activi de nou sense una gestió apropiada ni en temps, ni en forma, i, conseqüentment, sense les garanties pròpies d'un Estat de Dret. En aquest sentit, el Jutjat d'Instrucció nº9 de Múrcia, amb funcions de control del CIE de Sangonera la Verde, ha emès un Acte davant una consulta realitzada pel Ministeri Fiscal sobre les condicions que ha d'oferir aquest Centre si es decidís la seva posada en funcionament, en observar l'absència de qualsevol protocol i mitjans adequats que permetin fer front a la crisi sanitària actual si es produïssin casos en el seu interior. Aquest mateix Acte refereix la possibilitat d'utilitzar els protocols establerts a aquest efecte en els centres penitenciaris per tal de garantir la seva possible reobertura, reconeixent el que venim denunciant en la Campanya Estatal pel tancament dels CIE i la fi de les deportacions des de la seva creació: els CIE són presons racistes encobertes sota l'empara legal del control de la immigració irregular.
A més, ens preocupa profundament que l'eventual recuperació de la normalitat comporti la detenció de les persones ara alliberades, l'ordre d'expulsió de les quals encara està vigent.
De la mateixa manera, malgrat que els CIE són buits, condemnem fermament la gestió del Govern en la nostra Frontera Sud i expressem la nostra màxima indignació davant la situació horrible que s'està vivint en els Centres d'Estada Temporal d'Immigrants de Ceuta i Melilla, situació que és absolutament insostenible. Malgrat l'amuntegament en què es troben tots dos CETI en ple context de pandèmia, el Govern ha decidit mantenir la realitat de risc i de tensió que sofreixen, en lloc de traslladar les persones que allí es troben a llocs d'acolliment dignes en la península. Igualment, ha amenaçat amb deportar a més de 600 persones de nacionalitat tunisiana que es troben a Melilla, forçant encara més la situació.
Per tot això, manifestem que l'Estat espanyol executa un plantejament racista i insolidari en les seves polítiques migratòries, excusant la crueltat de les seves mesures en una presumpta imposició de les institucions europees. L'actual marc legal de la Unió Europea, lluny del que s'ha estat plantejant davant l'opinió pública, permet que no existeixin els CIE, ja que la denominada Directiva de la Vergonya, que regula el marc de deportacions a nivell europeu, no obliga els Estats a preveure un temps d'internament en centres de detenció.
És evident que el racisme institucional, materialitzat en una Llei d'Estrangeria xenòfoba que hauria de ser derogada, opera a multitud de nivells en el nostre territori. És necessari canviar el paradigma en les polítiques migratòries actuals, començant per dur a terme de manera urgent un procés de regularització de les persones migrants que no compten amb autorització de residència a Espanya, al mateix temps que es dota la societat d'eines que permetin posar a les persones en el centre, abandonant immediatament les mesures destructives, en aquest cas, convertint en permanent el tancament dels CIE.
Per tot això, EXIGIM al Govern que:
- Acordi no reobrir els CIE i prengui les mesures legislatives necessàries a fi que el tancament sigui definitiu i permanent.
- Dugui a terme un procés de regularització de les persones migrants que actualment resideixen en l'Estat espanyol.
- Traslladi de manera immediata a la península les persones que es troben en els CETI de Ceuta i Melilla, oferint-los recursos d'acolliment dignes.