Reproduïm el comunicat que es va llegir.
Nos encontramos hoy aquí, frente al CIE, rodeadas de calles de números y letras en un polígono industrial, que revela el carácter deshumanizante y deshumanizador de estas cárceles racistas, para exigir la liberación inmediata de Achraf, de Mohammed, y de todas las presas políticas de la Ley de Extranjería encerradas en los CIE.
Durante la escalada de represión policial tras la sentencia nefasta del Procés, y en el marco de la huelga del 18O, 4 personas fueron identificadas y detenidas por perfil racial en Lleida. Ayoub y Achraf fueron encarcelados en este CIE, y Mohammed y otro compañero en la cárcel de Ponent.
Ayoub fue deportado de manera forzosa hace una semana. El estado, quien custodiaba su persona y libertad, lo desapareció durante varios días y negó información sobre su paradero a su pareja, família, y abogadas, que finalmente supieron que había llegado a Marruecos al cabo de 2 días.
Mohammed salió en supuesta libertad hace unos días tras estar en prisión preventiva, y al salir lo detuvo el CNP para volverlo a encerrar en el CIE y así poder expulsarlo del territorio. Achraf sigue desde hace más de un mes privado libertad en este centro de la verguenza, esperando también una deportación forzada.
Estos encarcelamientos y deportaciones forzadas e injustas están lejos de ser una anomalía en el sistema. Por el contrario, la deportación es una herramienta más del Estado Racista en buen funcionamiento. El racismo institucional a través de la ley de extranjería criminaliza, persigue, ilegaliza y expulsa a nuestres compañeres cada día. Esta ley violenta produce presas políticas cada día que reprime y castiga la libertad de movimiento y a la desobediencia a las fronteras del estado.
Las identificaciones y detenciones por perfil racial son prácticas policiales ilegales, aunque cotidianas. En muchos casos, estas prácticas se utilizan para llenar CIEs y vuelos de deportación. Pero que quede claro: en todos los casos, son prácticas degradantes.
La solidaridad antirepresiva debe reconocer y actuar con las compañeras que no solo viven la violencia policial en contextos de protesta, sino que la viven por el mero hecho de estar en el espacio público. Su presencia en el territorio desafía las estructuras de la Europa fortaleza que si bien no consigue impedir el movimiento de las personas, sí vulnera derechos y niega el derecho a la vida. Las deportaciones trituran proyectos de vida, comunidades, redes de afecto, y todas las posibles y probables vulneraciones de derechos quedan en la absoluta impunidad.
Cabe recordar que a veces cuando hablamos de racismo y violencia estructural pareciera que los responsables se escondan en un ente abstracto, o que sólo sea responsabilidad del estado central. La realidad es que las instituciones catalanas y administraciones locales obedecen este orden racista y lo perpetúan. Lo hacen cuando imponen el requisito obligatorio de la lengua catalana para obtener un informe de arraigo favorable, sin el cual se puede activar todos los mecanismos policiales y judiciales para privarte de libertad y expulsarte. Lo hacen cuando los ayuntamientos se niegan a empadronar, negando el acceso a la salud pública y condenando a la irregularidad administrativa, la cual instala la deportabilidad e ilegalización como catalizadores de miedo y disciplinamiento.
El conjunto de leyes y mecanismos deportadores hacen posible que una denuncia por agresión machista pueda terminar con un expediente de expulsión para la agredida denunciante. Que denunciar malas condiciones y explotación laboral también sea objeto de deportabilidad.
El racismo institucional sostiene el orden capitalista, patriarcal y colonial.
Decimos que basta, que no queremos vivir más en una sociedad como esta.
Celebramos estar juntes hoy, y gritamos que Achraf y Mohammed tienen su vida y sus redes aquí. que se quedan!!!
Libertad para Achraf, Libertad para Mohammed, y Fuego a la ley de extranjería!
